¿Siempre se trabaja duro aquí? Bueno, a veces no es tan malo. A veces es como un día en el patio de recreo. Jugar al aire libre, cavar agujeros, jugar con la arena, apilar muros de piedra, juguetear con cubos de agua. Ensuciarse está permitido.
Entre medias, por supuesto, hicimos un picnic al sol. Sándwiches de masa madre con brie, miel y nueces de nuestro propio jardín, una bebida y galletas de postre. Después de media hora de descanso, volvimos al patio de recreo.
Ahora estoy ocupado con la pala y el rastrillo y pronto lo más destacado será. ¡Kees me deja conducir la desbrozadora! Vierta el combustible de 2 tiempos, bombee seis veces, empuje y luego tire de la cuerda enérgicamente unas cuantas veces. La desbrozadora cobra vida, con mucho ruido como resultado, pero después de todo, llevo tapones para los oídos. En el campo están acostumbrados a este tipo de ruido.
Me siento como un joven de dieciséis años que acaba de estrenar su primer ciclomotor. No al ralentí, sino acelerando constantemente, heng heng... Y luego, como una lujuria loca, atacando toda la vegetación alta. Realmente mejora, el jardín y su estado general.
Hace un poco de calor con la ropa de protección, los zapatos y las gafas, pero eso lo convierte en un ejercicio ideal.
Como guinda del pastel, hoy mismo también voy a encender una hoguera para los residuos del jardín que no pueden ir al vertedero, ¡ya tengo ganas!
Mientras tanto, mi compañero ha estado jugando con el cemento, vaciando una carretilla en el agujero y haciendo una nueva tina de lodo. Luego, martillar para quitar la valla del jardín que se ha caído y cortar ramas de olivo para el invierno. No hace falta un gimnasio.
Lo único que falta son las patatas fritas esta noche, ya que no hay bares de aperitivos en los alrededores. Sólo hay que meterse en la cocina y preparar algo. Bien, acompañado de un delicioso Ginto al lado.
Vamos, ¡continuemos!
